Ciencia en la Antártica para tener saberes de importancia para el planeta
08 de Enero 2021 | Publicado por: Natalia Quiero
Muchas expediciones científicas se han suspendido, pero eso no quita interés ni relevancia de dicho ambiente extremo, de biodiversidad única y aún muy desconocida.
Estaba todo preparado para que la doctora Angie Díaz, académica del Departamento de Zoología de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción, participara de una nueva expedición científica en la Antártica este febrero, pero un brote de Covid-19 en una de las bases chilenas hizo que el Instituto Antártico Chileno decidiera cancelarla hasta 2022, debido a la austral zona de la península a la que precisaba ir junto a otros científicos y los riesgos que implicaba si ocurría una emergencia sanitaria.
La académica se ha enfocado en estudiar la biodiversidad y procesos evolutivos que han dado origen a la fauna marina bentónica de Antártica y del Pacífico Sudeste, liderando un proyecto Fondecyt Iniciación enfocado en el caracol Neobuccinum eatoni, endémico de la Antártica, que irá a estudiar en terreno cuando las condiciones lo permitan, porque es relevante.
Su interés en este animal que estudió en su tesis doctoral es que si bien en la literatura se describe como una única especie halló que “los datos genéticos muestran que está representado por más de un linaje y hay especiación críptica, es decir, especies morfológicamente idénticas y datos genéticos importantes que hacen dudar de si efectivamente son lo misma especie”, explica la también investigadora adscrita al Instituto de Ecología y Biodiversidad y asociada al proyecto Anillo sobre Biodiversidad Genómica Antártica. Y la especiación críptica “es un escenario cada vez más redactado en distintas especies antárticas y del océano austral”, asevera.
El objetivo del proyecto es identificar posibles especies de este caracol y determinar cuántos grupos hay, y el mecanismo genético que determina el proceso de especiación.
Conocer el Continente Blanco
El interés de estudiar este caracol tan alejado como el Continente Blanco que habita se sustenta en la relevancia de hacer ciencia antártica, sostiene la doctora Díaz.
Explica que se estima que sólo se conoce al 13% de las especies que habitan el planeta y el desconocimiento puede ser superior en la Antártica, zona de difícil acceso y con condiciones que no lo hacen propicio para que allí viva el hombre y sólo en décadas recientes se ha podido explorar más científicamente; si bien hay avances que están a la frontera del conocimiento, queda mucho por descubrir. Y es por lo mismo que “la Antártica y el Océano Austral son un conjunto un sistema único en el planeta, dado el ambiente extremo, bajas temperaturas, aislamiento respecto a otros continentes, su posición en el Polo Sur. Por tanto, la flora y fauna (biota) que habita allí es única y se estima que alrededor del 50% son endémicas”, resalta.
Todo en sí mismo interesante para estudiar. Más en el escenario de calentamiento global y cambio climático que ha gatillado el impacto de la actividad humana y que están afectando a toda la Tierra, incluyendo la Antártica. Se “está vislumbrado que los cambios que están ocurriendo (y ocurrirán) son más paulatinos porque tiene una resistencia mayor, pero se están apreciando en la temperatura, mezcla de masas de agua, presencia de contaminantes”, lo que se suman como forzantes a las que hay naturalmente y “van a generar un efecto en la biota”, advierte.
Y no sólo eso, ya que “lo que sucede allá va a tener impactos en otros puntos”, asegura Díaz, pues “la corriente circumpolar antártica, que rodea el continente y lo aísla climáticamente, participa en el sistema de circulación termohalina que a escala global regula temperatura y salinidad en masas de agua y la atmósfera”.
Por tanto, aunque la Antártica no sea un ambiente para que lo habitemos, lo hemos impactado y sus cambios pueden afectar a otros sitios, a nosotros, por lo que también tenemos la responsabilidad de resguardarlo y para ello son trascendentales las contribuciones que haga la ciencia, para conocerlo primero y desde allí comprenderlo para predecir eventuales cambios o efectos.