Los expertos concuerdan en que se trata de uno de los mejores inventos de la humanidad. La vacunación, como planes de rutina, es una de las medidas de salud pública mundial más efectivas, permitiendo controlar y hasta erradicar patologías.
En 1918 se notificó el primer caso de la pandemia conocida como gripe española, considerada la más devastadora de la historia humana al matar entre 20 y 40 millones de personas de todas las edades en un año; tras dos años se declaró como finalizada y la cifra se incrementó a 50-100 millones de fallecidos, según estimaciones. A poco más de un año de que se identificara por primera vez en Wuhan (China) un contagio de Sars-CoV-2, cepa hasta antes desconocida de coronavirus causante de la enfermedad Covid-19, declarada pandemia el 11 de marzo de 2020, van más de 84 millones de casos en el mundo y las muertes bordean los 1.8 millones, entre los 254 países que tienen la enfermedad. En Chile se han confirmado casi 616 mil casos y las víctimas fatales superan las 16 mil 700, al 2 de enero.
Entre ambas pandemias nos separan cien años y varios números, favorablemente para nuestra sociedad y pese a letalidad de la Covid-19, destaca el doctor Oscar Venegas, médico especialista en Inmunología y director médico del Instituto de Salud Ciencia y Armonía de Concepción. “La pandemia de Covid-19 es seria, hay gente que se infecta y muere, y muchos sobrevivientes quedan con secuelas severas, daños a nivel respiratorio y hasta neurológicos, y por ello nos tenemos que seguir protegiendo no obstante podamos ir controlando la situación y beneficiándonos de la ciencia y tecnología, que permitió un hito como que en pocas semanas tras los primeros casos notificados estaba la secuenciación genética del virus y poco tiempo después el modo de detectarlo de forma certera con el test PCR para Covid-19”, sostiene.
A la par vino un esfuerzo global por desarrollar rápido una vacuna contra la Covid-19, otro punto a favor para el alto nivel de desarrollo científico y tecnológico, pues “hoy tenemos al menos 4 constructos de vacunas que han demostrado que dan protección sobre el 95%”, resalta. Así, en el mundo y Chile las inoculaciones han comenzado. A nivel nacional, han llegado más de 21 mil dosis de la vacuna desarrollada por Pfizer-BioNTech (se administra en dos dosis), y se espera que en las próximas semanas lleguen nuevos cargamentos para avanzar en la meta de inmunizar a 5 millones de personas de grupos de riesgo en el primer trimestre y a 15 millones en los primeros seis meses de 2021, según lo ha dicho el gobierno y para lo que ha generado acuerdos y/o contratos con distintos laboratorios.
La razón del ímpetu es que, afirma, la vacunación es una de las más efectivas medidas de salud pública mundial. “El desarrollo de vacunas es uno de los mejores inventos en la historia de la humanidad. Ha permitido controlar muchas enfermedades y hasta erradicar una de la faz de la Tierra: la viruela”, asevera el doctor Ángel Oñate, inmunólogo y director jefe del Laboratorio de Inmunología Molecular del Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción.
El investigador experto en vacunas alude a la que fue una de las enfermedades más devastadoras en tiempos pasados y sólo en el siglo XX mató a 500 millones de personas, además de dejar con secuelas como ceguera a otros millones que la sufrieron. Gracias a la vacunación, desarrollo al que condujo un descubrimiento que Edward Jenner hizo en 1796, tras aplicarse como rutina en todos los países del mundo a mediados del siglo XX, en 1978 la viruela se declaró erradicada. Por esta medida, la poliomielitis, que afectó en mayor gravedad a niños menores de 5 años en el siglo pasado, está en vías de ser erradicada. Además, hay una larga lista de patologías que también fueron letales, como el sarampión, que hoy están controladas gracias a los planes de inmunización de infantes. Con la inoculación contra la Covid-19, se mira a obtener el mismo logro.
La velocidad con que las vacunas contra la Covid-19 se han desarrollado y llegado a la población es un hito en comparación a los tiempos que habitualmente tardan los procesos, que suelen ser de algunos años. Algo que ha provocado dudas y temores en algunas personas, situación que se ha transformado en caldo de cultivo para expandir por redes sociales opiniones que dan protagonismo al “movimiento antivacunas”. Desde que las vacunas no han seguido todos los protocolos y son inseguras hasta que podría insertarse un chip se puede leer por estos días.
Por ello, el médico inmunólogo Oscar Venegas se detiene en que, si bien son notables los aportes de Internet y las nuevas tecnologías para informarnos y comunicarnos sin límites, está el peligro de acceder y plasmar cualquier contenido públicamente que podría viralizarse, es decir, propagarse tan veloz y letalmente como los virus. Por ello, llama a tener “cuidado con el tipo y calidad de información a la que accedemos y que transmitimos, evitando publicar todas nuestras creencias o preocupaciones. Porque desde allí surgen los errores y los miedos, y este paraliza, desactiva y destruye”.
Con ello como base se pueden erradicar mitos y temores, promoviendo la vacunación para luchar como humanidad contra la Covid-19.
“La vacuna da confianza”, asegura, y el menor tiempo de desarrollo “no tiene que ver con que se hayan saltado etapas de investigación o haya menos protocolos o menor rigurosidad en las aprobaciones a las vacunas, sino con el nivel de ciencia y tecnología que tenemos hoy”, destaca. “Se ha visto que la vacuna tiene algunos efectos colaterales, pero hasta hoy son relativamente leves, como enrojecimiento y dolor en la zona de inyección, y nada más extraño de lo que se da generalmente en el resto de las inoculaciones. Por ejemplo, cuando se vacunan niños por el Plan Nacional de Inmunización, siempre hay algunos que se desarrollan fiebre y otros nada. Es algo individual, porque el sistema inmune es muy personal”, añade el inmunólogo Ángel Oñate.
Sobre efectividad y mutaciones del patógeno, como la que se conoce como cepa de Reino Unido y ha dado de qué hablar en Chile y el mundo recientemente, el doctor Venegas afirma que “los seres vivos están cambiando siempre y los virus también. Pero, los constructos de vacunas que se han hecho se han dirigido hacia las partes estables del virus, no hacia las partes mutagénicas”.
Desde allí, Oñate sostiene que si las variaciones genéticas de una cepa son muy altas en relación a la que se está vacunando podría ser que el desarrollo no funcione bien. Aunque no sería el caso con la vacuna usando contra Covid-19, “si sigue variando podría ocurrir que se deba desarrollar una vacuna específica para la cepa circulante”, aclara. Eso sucede con la influenza, que circula en los meses de invierno y varía la cepa cada año, y se desarrolla una vacuna estacional.
Hasta ahora no se puede decir qué pasará con la Covid-19, si se logrará controlar para siempre o nos tendremos que acostumbrar a vivir con esta, pero Venegas destaca que “las vacunas desarrolladas tengan 95% de efectividad, ya que cualquier medida que en salud proteja sobre 70% es maravillosa. Las vacunas, con esa capacidad, van a tener un impacto en reducir esta pandemia a 2021”.
Y Ángel Oñate plantea que “lo más importante de estas vacunas (y todas) es que se genere memoria inmunológica y no se puede saber ahora”, ya que son nuevas y no tienen historial que permita saber su efecto a largo plazo, si bien es clara la respuesta inmune en el corto. La memoria inmunológica es cuando el organismo es capaz de exponerse a un patógeno y no desarrollar la enfermedad. De ahí que lo ideal es que la protección dure el mayor tiempo posible y falta para saberlo en el caso de la Covid-19, aunque si la memoria inmunológica es de corto plazo podría precisarse una revacunación.
Y siempre lo ideal es que gran parte de la población esté vacunada, si bien el primer foco es la población de riesgo, es decir los que están en contacto con este como el personal de salud y los grupos más vulnerables a desarrollar cuadros graves si se contagian.
Algo que definen como lo adecuado sanitariamente ambos expertos en Inmunología, pero de suma relevancia es escalar a vacunaciones masivas para que se genere el efecto rebaño. Este es la protección que se genera en las personas frente a una enfermedad para la que por distintos motivos no pueden ser vacunada, pero una gran mayoría sí. “Mientras más personas hay vacunadas, hay menos vectores de transmisión del patógeno y la enfermedad”, apunta Oñate y “ojalá la vacunación cubra al 80% de la población, porque ahí se producirá el efecto rebaño, según lo establecido por la Epidemiología. Ahí nos podremos dar la mano y abrazarnos, sin miedo a contagiarnos”, manifiesta Venegas. Y, justamente, esa es la meta, es el anhelo de todos.