"South Rivers Toolbox" es el nombre de la herramienta que está en fase final de desarrollo y que se basa en un modelo predictivo, que permitiría, por ejemplo, vislumbrar potenciales efectos de los cambios de las morfodinámicas fluviales, como el riesgo de inundación de los ríos, que puede causar problemas en comunidades aledañas.
Estudiar cambios en la morfodinámica fluvial para apoyar la gestión de los cauces, mediante un modelo predictor, es lo que permitirá “South Rivers Toolbox”, sotfware en desarrollo a través de un Proyecto Innova Chile-Corfo Bienes Públicos Adaptación al Cambio Climático, cuyo director principal es el académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción Santiago Yepez, ingeniero geólogo y doctor en Hidrosedimentología y Teledetección.
Es una investigación interdisciplinaria e interfacultades en la casa de estudios, en que también participan el doctor Rolando Rodríguez, de la Facultad de Ciencias Forestales; doctor José Vargas, de la Facultad de Ingeniería; y doctor Víctor Osores, graduado del Doctorado en Ciencias Aplicadas con mención Ingeniería Matemática del Centro de Investigación en Ingeniería Matemática CI2MA.
Entre sus varios fines, el software permitirá predecir inundaciones por rompimiento en represas o precipitaciones, proyectar la acumulación de sedimentos al interior de represas o analizar la pérdida de energía de un tsunami respecto de la densidad de árboles en la costa, con el objeto de tomar medidas de mitigación, y según cuenta Santiago Yepez, “South Rivers Toolbox” está en fase terminal de desarrollo y prevén lanzar el prototipo a fines de 2020, pero el proyecto culminará el 2023, cuando deba estar operativo para su empleo, particularmente en la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) del Ministerio de Obras Públicas, institución mandante.
El modelo predictivo se desarrolla en base a datos satelitales de dos áreas piloto: “el río Andalién de Concepción, que hace algunos años fue afectado fuertemente tras un evento meteorológico; y la cuenca del río Duqueco (en la provincia del Biobío), donde por mala gestión de los embalses que están aguas arriba han ocurrido problemas de inundación en poblaciones aledañas”, precisa el director del proyecto.
Y se trata de un desarrollo que, reconoce, causa muchas expectativas; con razón, ya que es una herramienta nueva e innovadora y con alto potencial de impacto social. Entre lo más relevante está que, a diferencia de lo que suele ocurrir en investigaciones de este tipo, que toman información histórica y mediciones en la geomorfología actual con resultados desde un enfoque estático, este estudio será dinámico, pues utilizará datos satelitales de observaciones de decenas de años que “permiten reconstruir y entender con un historial cómo evolucionan los ríos a lo largo de la llanura”, afirma. Además, el análisis tendrá una perspectiva global del cauce, desde el nacimiento hasta la desembocadura del río.
Con esto, el doctor Yepez asevera que se podrán caracterizar y definir tramos de las cuencas que pueden ser sensibles a los cambios y que se transforman en zonas vulnerables en procesos como crecidas de cauces por precipitaciones que puedan gatillar inundaciones, con el consecuente riesgo de afectar a las comunidades, como ha pasado varias veces antes. “Hacia esos sitios apunta la DOH para diseñar estructuras de mitigación de esos fenómenos”, puntualiza. En efecto, para prevenir o minimizar riesgos.
Los cambios en la sedimentación y erosión son factores que Yepez también menciona como potenciales influyentes en inundaciones ante un evento meteorológico, pero como riesgo de origen humano y no natural, debido a la extracción que se hacen de áridos en las riberas de los ríos. Por ello, también están desarrollando algunos modelos que permitan estimar el volumen de extracción y erosión de sedimentos en la ribera, de manera tal de generar observaciones periódicas a modo de fiscalización de la extracción y proyectar posibles implicancias.
Santiago Yepez cuenta que los estudios como el que lidera son más bien recientes y escasos, pero entender cómo evolucionan los ríos y cauces va cobrando cada vez mayor relevancia en el contexto de cambio climático, donde la presión de la actividad humana ha intensificado la variabilidad climática natural y entre los efectos está la mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos, como sequías o intensas precipitaciones, que se viven en Chile.
“En el futuro se van a generar riesgos por fenómenos hidroclimatológicos como los que ocurren en el norte, en las regiones de Coquimbo o Atacama, donde no llueve durante casi todo el año, pero cuando ocurre, se generan inundaciones en las cuencas que afectan a la población”, sostiene. De ahí que entender y predecir impactos es clave para poder mitigarlos y prevenir riesgos, concluye.