Hace poco una actividad de Ingeniosas Biobío sobre tecnologías inclusivas sufrió vulneración: aprendizaje es que acceso universal parte en la seguridad para todos.
Era 30 de octubre y la última cita de la participación en la “Semana Ingeniosas 2020” y esperaban replicar la positiva recepción que siempre tienen en sus actividades guiadas por acercar a todos la ciencia y tecnología con sello en la inclusión, recuerda Pilar Pardo, embajadora de Ingeniosas Biobío. La charla estaba a cargo de la voluntaria María José Vergara, quien desde su hogar en Concepción entregaría a Latinoamérica sus conocimientos como educadora diferencial y persona ciega para enseñar cómo hacer que la tecnología digital sea más accesible.
Pero, usar una plataforma con formato interactivo y donde todos podían participar, sin hacer control de quienes ingresaban, se tradujo en riesgos de seguridad, lamenta Pardo. No habían vivido algo así, pero ese viernes por la mañana, a minutos de iniciar, usuarios comenzaron a compartir imágenes y comentarios inapropiados, por lo que hubo que suspender la charla para robustecer la seguridad de la conferencia que aborda un tema de gran trascendencia, hasta hoy, 20 de noviembre a las 11 horas.
No hay certeza de los responsables, pero pudieron ser víctimas de “Zoombombing”, intrusión indeseada, perturbadora o maliciosa que suelen hacer troles o hackers de Internet en videoconferencias, que se ha vuelto más frecuente con el mayor uso que durante la pandemia ha habido de las plataformas en actividades como la aludida, reuniones de trabajo y clases escolares o universitarias. Una mala experiencia que mostró que para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías y hacer el mundo digital accesible para todos, primero debe ser seguro para todos y trabajar en ello va cobrando cada día más relevancia.
La seguridad va más allá de tener el antivirus actualizado en los dispositivos. Hernán Sáez, ingeniero en informática y profesional de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, resalta que en las videoconferencias, sea abierta a todo público o una clase, lo básico es preocuparse de detalles logísticos como en un evento presencial. Aconseja tener una lista de convocados y control de ingreso, además de cerrar el acceso tras iniciar, como se cierra la puerta de la casa para que no ingresen desconocidos. Como la interacción tras la pantalla tiene un velo de anonimato que dificulta saber identidad o percibir actitudes, cruzar los sistemas de datos (correos electrónicos de convocados, por ejemplo) con los de la plataforma ayuda a tener control y más seguridad.
Tampoco hay que publicar la videoconferencia “por defecto”. “Muchas veces se crea un evento y se lanza como lo da el sistema: se puede conectar cualquiera sin contraseña, con chat, cámara y micrófonos abiertos o la opción de compartir pantalla activada”, detalla, y quizá eso no se necesite para la actividad, quizá ahí se esconde el riesgo de “Zoombombing”, por lo que llama a configurar los eventos antes de publicarlo y según lo que se quiere. Además, si es una instancia tipo webinar, debe haber un moderador que reciba y filtre comentarios o preguntas.
Sáez también afirma que, para citas recurrentes, como clases, es inseguro usar links permanentes y aconseja que “la ID se renueve clase a clase, que sea dinámica” y también que el software de la plataforma esté siempre actualizado.
Por último, hay que cuidar el clic en los links que se comparten, menos si son enviados por desconocidos. Los vínculos podrían llevar a sitios maliciosos que infecten los dispositivos y/o que se usen para robar información sensible, como datos bancarios o fotografías, los que luego pueden emplearse para cometer delitos informáticos como phishing y hasta acoso, cada vez más comunes.
La inseguridad informática, el “Zoombombing”, pueden ser situaciones complejas y de riesgo para todos los usuarios, y más aún cuando no poder ver dificulta la comprensión de lo que ocurre. Es lo que vivió María José Vergara cuando, con entusiasmo, empezaba a dar su charla sobre tecnologías digitales accesibles y se vio interrumpida por las malas acciones de algunos presentes. Aunque, la realidad, es que la complejidad de desenvolverse en el mundo virtual es algo con lo que ella, como persona ciega, lidia cotidianamente, pero también está decidida para aportar al cambio.
Por eso, resguardada la seguridad como base para una navegación y uso adecuado, no dudó en volver a realizar su charla ni dudará en difundir sus conocimientos, porque su desafío es “disminuir la brecha digital que hay entre las personas con discapacidad y las sin discapacidad, y mejorar la calidad de la información que las personas ciegas y baja visión recibimos, hacer que el mundo digital sea un mundo accesible para todos y todas, que las tecnologías tengan universalidad”, asevera la voluntaria de Ingeniosas Biobío, presidenta de la Asociación de Mujeres Ciegas y Baja Visión de Chile, educadora diferencial y profesora de la Coalivi de Concepción y de la Universidad Adventista de Chile. Más en el momento que vivimos, en que la revolución tecnológica y digital parece estar en su peak.
La gran barrera en el uso de las nuevas tecnologías e Internet está en que “estamos en un mundo visual y no todos vemos. La gente escribe menos y hoy todo se reemplaza por imágenes”, sostiene. El problema es que los lectores de pantalla que usan las personas ciegas o con baja visión para emplear dispositivos digitales no son capaces de leer contenidos como fotos, GIFs, stickers o textos que no se generan a través de caracteres, sino mediante otros patrones digitales, lo que limita el acceso a los contenidos dispuestos en redes sociales o sitios web y se vulnera el derecho que todos tenemos de acceder a la información.
Y para la universalidad María José Vergara apunta a concientizar que atrás de una pantalla puede haber una gran diversidad de personas, que existen herramientas para publicar la información digital para que todos puedan acceder y que no se necesita hacer un contenido especial para las personas ciegas y con baja visión. “La idea es que el mismo contenido que se le muestra a todas las personas también sea accesible para personas ciegas y con baja visión”, aclara.
El uso de textos alternativos para describir imágenes es básico. Cuenta que la opción está incorporada en redes sociales como Twitter, Facebook e Instagram y en algunos sitios web, como del reconocido medio de comunicación BBC, pero su anhelo y reto es que sean más las entidades y personas que utilicen esta función. “Los textos alternativos sólo son detectados por los lectores de pantalla, no altera la publicación que se ve en el feed”, apunta.
En WhatsApp no hay texto alternativo, pero dice que agregar una descripción bajo una foto que se envíe o usar emoticones al interactuar con personas ciegas o baja visión es legible o interpretable por los lectores de pantalla.
Otro punto importante para Vergara es “crear páginas web accesibles”. Sobre esto, se detiene en los portales de distintos medios que están plagados de publicidad y en los que se abre una ventana emergente tras otra. “La idea es que primero se publique la información importante, luego otros contenidos como la publicidad”, aconseja. Además, destaca que “el tipo de letra, tamaño, colores y contraste son súper importantes para personas con baja visión”, y existe un manual de accesibilidad web para crear sitios inclusivos que está disponible en el portal del Senadis.
Sabe que faltan muchos desarrollos tecnológicos que permitirán evolucionar en accesibilidad, porque cuenta, por ejemplo, que en Instagram las personas ciegas no pueden acceder a las populares historias con los lectores de pantalla, que usar aplicaciones de delivery es un reto o hacer transferencias bancarias en algunos bancos es imposible, pero para ella el progreso, hoy, está en que más conozcan y utilicen las herramientas disponibles.
Una persona que haga cambios y lo vuelva costumbre es un logro, manifiesta, porque sumando esfuerzos se avanzará en construir un espacio digital de acceso seguro y universal, y que así todos puedan presumir de vivir la globalización, la inmediatez de acceder a la información y de tener el mundo a un clic.
Ingeniosas es un programa que nació en Chile al alero de la filial nacional de la ONG Girls in Tech hace 7 años, cuenta Pilar Pardo, representante regional de ambos proyectos. El objetivo es acercar la ciencia y tecnologías a niñas y jóvenes, para impulsar vocaciones que lleven a aumentar la participación femenina en estas áreas y acortar la brecha de género. Con ese fin, realizan distintas actividades y una nacional es la “Semana Ingeniosas”, que este 2020 se llevó al formato virtual y se abrió a Latinoamérica, y se realizó entre el 28 y 30 de octubre. Para saber sobre las iniciativas o acciones, se puede visitar www.ingeniosas.org.
*María José Vergara dará su charla sobre tecnologías accesibles hoy, a las 11:00 horas, y se podrá ver desde el fanpage @ingeniosasbiobio.