La subsecretaria de Ciencia visitó Concepción por el primer aniversario de la Seremi de la cartera y relevó el rol de la academia regional en avanzar hacia la generación de conocimiento orientado en pos de objetivos sociales comunes y estratégicos para el desarrollo del país.
A un año de instalarse el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (Ctci), que se ha dado en plena crisis sanitaria de la Covid-19, se supo que el presupuesto nacional 2021 para dichas áreas será reducido como efecto de la compleja situación del país. Para la comunidad científica, cuyo corazón en Chile es la academia, es una paradoja, porque el ecosistema se ha volcado en contribuir concretamente al mejor manejo de la pandemia.
Pero mirar los logros en la adversidad y cómo se podría convertir en oportunidad para la mayor valoración de la ciencia es lo que hizo decir que “pese a todas las complejidades tenemos mucho que celebrar” a la subsecretaria de Ctci, Carolina Torrealba. Sus palabras aluden a algo nacional, pero sobre todo regional, porque las expresó durante su visita a Concepción por el primer aniversario (5 de noviembre) de la Seremi de la Macrozona Centro Sur de la cartera, en un par de días en que tuvo un intenso éxodo para conocer el ecosistema regional de Ctci, protagonizado por las universidades y sobre el que sostuvo que “tenemos pocos centros fuera de la Región Metropolitana con el peso gravitacional que tiene esta región”.
Su estadía, se dio en la antesala del “Festival de la Ciencia 2020”; este se ha celebrado entre el 11 y 15 de noviembre por el “Día Nacional de la Ciencia”, que se conmemora el primer domingo de octubre, pero por la contingencia se pospuso y busca festejar el rol del trabajo de los científicos para generar nuevo conocimiento y soluciones que benefician el bienestar de la sociedad. Otra razón para celebrar en un crítico 2020, porque Torrealba enfatizó que la pandemia ha permitido visibilizar el trascendental papel de la ciencia, ya que “nunca habíamos vivido de manera tan vívida, nítida y real la dependencia que tenemos de la generación del conocimiento”, aseveró.
A nivel local, resaltó que hay múltiples ejemplos concretos sobre cómo la academia ha sido primordial para enfrentar la pandemia y varias acciones se han articulado con la cartera de Ciencia. Clave han sido los laboratorios de las universidades de Concepción (UdeC) y Católica de la Santísima Concepción (Ucsc), que forman parte de la red universitaria que dispuso su infraestructura y capital humano para diagnosticar Covid-19. Otro proyecto es el estudio de aguas servidas en la Región de Ñuble para detectar el patógeno, liderado por investigadores UdeC en conjunto a las Seremi de Ciencia y Salud, y la Intendencia Regional.
Para la subsecretaria, las mencionadas son muestras de cómo la Región del Biobío da cátedra en avanzar en una razón para la creación del Ministerio de Ciencia y que definió como gran reto de Chile: “que la ciencia deje de ser de nicho académico y que el conocimiento salga de los laboratorios” para orientarse en solucionar problemas reales y urgentes, para lograr objetivos sociales comunes y estratégicos para el desarrollo del país. Otros ejemplos potentes de ello que conoció en su estadía y relevó fueron el laboratorio cuántico que busca usar la óptica para realizar instrumentación para la minería, una de las principales actividades económicas en Chile; el Centro de Instrumentación Astronómica CePia para avanzar en el desarrollo tecnológico que precisa la Astronomía en la capital mundial de la disciplina (ambos proyectos en la UdeC); o la “MicroRed Ucsc”, de cuya inauguración participó y, además de proveer energía solar y eólica a dicha universidad, servirá para formar e investigar en energías limpias o producción de hidrógeno verde, en sintonía con políticas como la energética que propone que a 2050 la matriz energética tenga 70% de participación de energías renovables o la estrategia nacional recientemente lanzada que busca que Chile sea líder mundial de la producción de hidrógeno verde al 2030.
“En la Región existe un polo muy relevante de generación de conocimiento, proyectos que están en el seno de la academia y una intención de llevarlo a esferas diferentes. Y creo que es tal el nivel de conocimiento, investigación y desarrollo que tiene esta región, demostrado durante la pandemia, que puede ser un polo de conocimiento que aborda los desafíos nacionales a escala regional”, concluyó Torrealba.