El urólogo del Hospital Las Higueras y del Sanatorio Alemán enfatiza que el control periódico es la forma de pesquisar para detectar precozmente el cáncer de próstata y así salvar vidas frente a una patología que tiene 2 mil víctimas fatales en Chile cada año.
En Chile, hay 25 mil hombres diagnosticados con cáncer de próstata, la segunda patología oncológica más frecuente en varones mayores de 50 años y su segunda causa de muerte por cáncer, sumando 2 mil fallecidos cada año, alerta el doctor Ramiro Vargas, urólogo jefe del Servicio de Urología del Hospital Las Higueras de Talcahuano y especialista de la Clínica Sanatorio Alemán de Concepción.
Un porcentaje de ellos, lamentablemente, fue víctima de llegar tarde al diagnóstico, porque “si el cáncer de próstata se detecta tardíamente, puede haber metástasis y el tratamiento es paliativo y no curativo (y la mortalidad aumenta), mientras que si se detecta en etapas iniciales es posible curar, ya sea con cirugía u otro tipo de intervención”, sostiene el también tesorero de la Filial de Endourología de la Sociedad Chilena de Urología.
La diferencia abismal entre los pronósticos está en la pesquisa para la detección precoz, que permite iniciar el tratamiento tempranamente. Sobre ello, aclara que “el cáncer de próstata, en general, se desarrolla en hombres mayores de 50 años de edad”, pero eso no significa que no pueda ser antes y, especialmente, si hay antecedente familiar. En efecto, Vargas precisa que “la pesquisa inicia con controles para un examen físico desde los 40 años, en hombres con antecedentes de papá o abuelo con la enfermedad, y a los 45 años en quienes no tienen antecedentes familiares”.
Y enfatiza que, en adelante, “los hombres deben ir una vez al año, sagradamente, a la consulta urológica para control. Si se salta un año corremos el riesgo de que la enfermedad no sea detectada a tiempo”.
De ahí que sea tan crucial poner sobre la mesa al cáncer de próstata, dada la incidencia y riesgos para la salud que implica su desarrollo, impulsando que los varones vayan, periódica y puntualmente, a la consulta urológica.
El doctor Ramiro Vargas reconoce que “existen muchos mitos en los hombres respecto de ir al urólogo, pero se ha avanzado y cada día están consultando más”, lo que ha derivado en más y mejores diagnósticos de la enfermedad y, con certeza, en salvar muchas vidas por llegar oportunamente.
Pero aún sigue siendo importante concientizar para que más se empoderen con su propia salud. Hoy, lo primordial es recalcar que están las condiciones para que la asistencia al control urológico preventivo sea seguro, de manera de evitar que se retroceda en los logros y, sobre todo, no poner en riesgo la vida frente al cáncer.
Es que dada la situación sanitaria de la Covid-19, el urólogo cuenta que han disminuido las consultas médicas y muchos pacientes no asisten a recintos de atención en salud por temor a contagiarse de la enfermedad y, de hecho, el consejo es sólo acudir a los centros cuando es realmente necesario, evitando salir de casa si no es imperante. Y, para diagnosticar a tiempo el cáncer de próstata, la asistencia es imprescindible.
En este sentido, el especialista dice que si bien las teleconsultas pueden ser buena alternativa para ciertas afecciones y han servido para paliar la no presencialidad, hay patologías en que no es lo óptimo y es el caso de la pesquisa para detectar el cáncer de próstata, que precisa de un examen físico.
El llamado de consciencia es que la pandemia se ha extendido por 7 meses en Chile y su completo control no se ve pronto, y no se puede esperar hasta ese momento para ir al urólogo, porque estos meses podrían ser tiempo que se dio el cáncer de evolucionar, muchas veces de manera silenciosa, y el 2021, en la consulta, podría hallarse una mala sorpresa.
Por último, hay que reconocer los signos de alerta para acudir antes de lo indicado al urólogo, entre los que están micción frecuente, flujo miccional débil o infrecuente, sangre en la orina o líquido seminal, molestias o dolor al orinar y/o al sentarse. Todos estos síntomas no suelen darse en etapas iniciales ni se dan por igual en todos los hombres en fases posteriores.