Ciencia y Sociedad

Crisis sanitaria tiene innegable vínculo con la intervención a la naturaleza

La Covid-19 es de origen zoonótico y la falta de consciencia en la interacción humano-animal es la gran culpable.

Por: Natalia Quiero 27 de Septiembre 2020
Fotografía: Carolina Echagüe

Hace unos meses, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por siglas en inglés) presentó el informe “Pérdida de la naturaleza y pandemias: un planeta sano por la salud de la humanidad”, donde advirtió que la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 tiene un vínculo innegable con la destrucción de los ecosistemas que coexisten en el planeta por la acción humana.

En el documento establece que está comprobado que la pérdida de biodiversidad, el tráfico de especies, la intensificación agrícola y ganadera, y los efectos amplificadores del cambio climático, aumentan el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas transmisibles al ser humano desde los animales, es decir, zoonóticas, que es la génesis de la transmisión de la cepa de coronavirus que causa la enfermedad de Covid-19.

No es un hecho aislado. El informe resalta que más del 70% de las enfermedades humanas en los últimos 40 años han sido transmitidas por animales salvajes y, junto a la Covid-19, otros ejemplos conocidos son la rabia, la gripe aviar, el ébola, el VIH/Sida. Y no sólo eso: gran parte de las pandemias que han afectado la salud humana tienen su origen en la zoonosis. Y, certeramente, no será la última vez, así como vamos, resalta Patricio Camus, doctor en Ecología y académico del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, donde es director de Postgrado.

Riesgosa interacción

Para aclarar el vínculo que hay entre la destrucción de la naturaleza y el riesgo de enfermedades, muchas con potencial de convertirse en epidemias, el académico destaca que el humano es parte de la naturaleza y desde su origen ha estado en contacto con esta, pero que el problema es que ha desvirtuado y superado los límites de las interacciones cada vez más. En efecto, el doctor Camus sostiene que en nuestras acciones, en gran parte con fines económicos, desatan una compleja trama al no escatimar en avanzar y generar tan inconscientes como riesgosos contactos e impactos en los ecosistemas, que terminan por desequilibrar el natural necesario equilibrio, que es lo que permite mantener el control.

“La actividad humana se ha incrementado mucho respecto a llegar cada vez a más territorios que antes estaban alejados de la población y se interactúa mucho más con el medio ambiente. Así, entramos en contacto con muchas especies de flora y fauna, y así de organismos que son nuevos para nosotros, porque aunque estaban en los ambientes no nos contactábamos con ellos. Muchos de esos organismos, que pueden ser insectos o animales silvestres, portan, a su vez, microorganismos que podrían ser patógenos y cuando se establece algún tipo de relación pueden llegar hasta nosotros y enfermarnos”, explica.

Problema y solución

La sobreexplotación de especies con fines como extraer pieles o su consumo, intervención y fragmentación de hábitats por cambios en el uso de suelo, deforestación y urbanización, están entre los factores que concretan el mayor contacto y que, a su vez, deriva en riesgo de extinción de especies y pérdida de biodiversidad, que son otros fenómenos (globales y nacionales) que perjudican el balance en las cadenas ecológicas y tróficas, y su capacidad de control natural.

Dichas aristas llama la WWF a abordar para frenar la aparición de enfermedades infecciosas. Ante eso, el doctor Patricio Camus releva la importancia de generar políticas públicas integrales y cambios. “No solucionaremos los problemas al decretar un área protegida para conservar la biodiversidad por sí sola, por ejemplo. Se requieren acciones y regulaciones vinculadas a la sustentabilidad y sostenibilidad en todos los sectores, y por supuesto, también, acciones personales y comunitarias en este fin”, concluye.

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