
Señora Directora:
Mientras la tecnología avanza a pasos agigantados, para muchas personas con discapacidad esto no significa progreso, sino más barreras. La accesibilidad digital sigue siendo una deuda pendiente, a pesar de lo que establece la Ley 20.422 sobre igualdad de oportunidades e inclusión social. Un ejemplo claro es la renovación de las máquinas de pago del BancoEstado. Antes tenían teclas físicas, accesibles para personas ciegas. Hoy están siendo reemplazadas por pantallas táctiles sin relieves ni señales audibles. ¿El resultado? Nos dejan fuera de algo tan básico como pagar de forma autónoma. A veces debemos entregar nuestras claves a terceros, exponiéndonos a riesgos. El avance de algunos no puede ser el retroceso de otros. La accesibilidad no debe ser vista como un privilegio, sino como un derecho. Este no es un caso aislado: las barreras están en el transporte, en cajeros, en aplicaciones y servicios públicos. Es urgente entender que la tecnología debe incluir a todas las personas. No se trata solo de cumplir una ley, sino de garantizar una participación real y en igualdad de condiciones. Pedimos a autoridades y empresas que aseguren servicios realmente accesibles, para todas las personas, sin excepciones.
Bayron Mancilla
Persona con discapacidad visual y
profesor de educación diferencial
Valentina Moreno
Directora Ejecutiva de
Fundación Triangular Inclusiva