Uso de antihistamínicos

06 de Octubre 2024 | Publicado por: Diario Concepción

Señora Directora:

La primavera trae consigo la renovación de la naturaleza, pero también un desafío recurrente para quienes sufren de alergias estacionales. La principal causa de estos síntomas es la liberación de histamina, una sustancia que nuestro cuerpo produce en respuesta a alérgenos como el polen. Las personas alérgicas sufren una respuesta exacerbada ante la liberación de histamina en el organismo, sobre activando la respuesta del sistema inmune y generando entre otros cuadros recurrentes en esta época rinitis y/o dermatitis, además de poder gatillar cuadros asmáticos en pacientes susceptibles. Para contrarrestar sus efectos, se suelen ocupar medicamentos que se unen a los receptores de histamina en distintos tipos de células en el organismo, los denominados antihistamínicos. Sin embargo, como todo medicamento, los antihistamínicos no están exentos de generar efectos adversos y de no ser correctamente indicados se puede hacer efectivo el dicho popular en que el remedio es peor que la enfermedad.

Los antihistamínicos de primera generación: incluyen compuestos como la difenhidramina y la clorfenamina. Estos fármacos son eficaces para aliviar síntomas, pero pueden causar somnolencia y afectar las funciones cognitivas y motrices, lo anterior porque tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica y actuar en los receptores de histamina del sistema nervioso central. Son útiles en casos puntuales, pero no se recomiendan para el uso diario, especialmente si se debe conducir o realizar tareas que requieran concentración. Por esta razón comúnmente también los encontramos en una serie de medicamentos antigripales de acción nocturna.


Mauricio Muñoz Llanos/Unab