
Hace unos años, la ONU acuñó el concepto de desarrollo sostenible, planteando en su Agenda 2030 un listado de Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS). Sobre ello, destaca el incremento de organizaciones, incluyendo a las pymes, que están haciendo esfuerzos por publicar reportes de sostenibilidad. Pese a ello, los avances en los pilares propuestos no han sido significativos a nivel global.
En el caso de nuestro país, las pymes no tienen la obligación de informar sus estados financieros, ni reportar en temas de sustentabilidad. Y eso, por un lado, les beneficia, ya que cuentan con recursos limitados para implementar acciones sostenibles en sus procesos y gestionar su divulgación. Además, persiste una falta de acompañamiento para sobrellevar este tema, tanto desde el Estado y otros organismos claves.
Más allá de que las pymes lo perciban como una obligación, urge cambiar el foco e implantar la mirada de la sostenibilidad como un valor social que genera oportunidades de negocio. Una pyme que implementa y reporta prácticas sustentables se vuelve atractiva y confiable para empresas más grandes, que deben cumplir con otros estándares y buscan relacionarse con proveedores que vayan en esa línea.
La idea de un desarrollo sustentable no puede lograrse sin las pymes. El llamado de la ONU es a las empresas y Estados para que pavimenten este camino. La formación en esto es clave. Si bien se espera, brindar apoyo la idea es que las pymes puedan hacer el tránsito de forma autónoma, sepan cómo modificar sus procesos y comunicar al mundo lo que están aprendiendo a hacer mejor.
Digna Azúa
Académica de la PUCV