
La libertad de opinión es algo propio del ser humano; por ende no puede ni debe ser objeto de límites, mucho menos en una democracia.
Sin embargo, existen ciertas opiniones que se escapan de los valores democráticos y pasan de ser opiniones a discursos de odio.
Cualquiera que esté mínimamente ligado al contenido audiovisual político logra dilucidar sin mucho esfuerzo el ideario de ciertos comunicadores, por lo cual no es sorpresa cómo piensa Checho Hirane, pero lo qué pasó en Radio Agricultura se escapa de toda libertad de expresión.
Un oyente menciona como solución a la situación país “la misma que 50 años atrás”; a lo que Hirane, refiriéndose al panorama nacional, habla de que es “muy difícil una salida democrática” y tilda de una “mala noticia” el que los militares no quieran intervenir.
Que los militares no estén prestos a tomar el poder por la fuerza no es una “mala noticia”, es algo propio de un país normal, donde la crisis política se debe superar con política, no con balas.
Ya basta, Chile de una vez le debe tomar el peso a este tipo de apologías; en España ya está prohibida la exaltación del Franquismo; en Alemania hace 17 años que está tipificada la apología al nazismo; en Italia la Ley Mancino castiga cualquier acción relacionada con la ideología fascista.
¿Por qué no hacer lo mismo con la dictadura más cruenta de nuestra historia?
Bruno Navarro Cabrera
Estudiante.