Señora Directora:
El aumento nominal del sueldo mínimo en el último año alcanza el 14%, considerando que ha pasado de $350 mil a $400 mil a contar de agosto. Este incremento no se observaba hace años y, según cifras del gobierno, beneficia a cerca de 800 mil trabajadores dependientes. Es una noticia positiva por el impacto que genera en el ingreso disponible de los hogares más vulnerables que dependen de este monto como fuente principal de recursos. Sin embargo, debemos ser realistas al evaluar la mejora de este ingreso, considerando el nivel inflación en el país. Llevamos acumulado en el primer semestre del año un 7,1% y en los últimos 12 meses, un 12,5%. Por tanto, el incremento real es menor considerando que una canasta básica de consumo está costando mucho más que un año atrás. Respecto a las proyecciones, hay que considerar que la inflación esperada por el Banco Central para este año está en torno al 9,9%, según el IPOM de junio. Por tanto, es altamente probable que el sueldo mínimo suba a $410 mil en enero de 2023, de acuerdo con la pro- puesta aprobada. Para el año siguiente, la proyección de inflación baja en torno al 3%, lo que ayudaría a que el alza del sueldo mínimo sea mejor aprovechada y tenga un impacto real positivo en el presupuesto familiar, y no se trate de una mera compensación a la pérdida del valor de nuestra moneda. En este escenario, un desafío para el gobierno y el Banco Central es volver a los niveles de inflación bajos y estables que se tenían hasta hace un año. Sólo con un nivel de precios controlado, el alza del sueldo mínimo tendrá un impacto real en los trabajadores.
Karin Bravo Fray