Señora Directora:

Nuestra historia personal nos esculpe desde nuestras diferentes creencias, ideales y condiciones de vida, constituyendo personas disímiles, lo que nos hace pensar y concebir la sociedad desde distintas perspectivas. De cara a los problemas país demandados en la contingencia actual, estas diferencias generan discordancia, lo que es natural en una sociedad diversa, y con distintas aristas y dimensiones de observación. Todo lo constituye un desafío complejo para el Estado.

Estos tipos de desafíos son los que se abordan desde la innovación, pues nos permite crear e implementar soluciones nuevas o mejoradas a lo ya existente, aportando valor a quien la recibe. Es lo que necesitan los países como Chile, poner en valor para las personas los problemas planteados en el conflicto actual. No obstante, el análisis fundamental con el que se inicia la innovación es la empatía con quién vive el problema, y ésta es la gran deuda para solucionar el conflicto.

Empatizar. Ponernos en el lugar de quienes destinan una parte importante de su presupuesto mensual por un bien de una calidad deficiente (transporte), de los que han vivido una educación en un entorno social, condiciones de infraestructura y equipamiento precario. Pero así también, debemos entender a los que crecieron en un entorno sin problemas económicos y que no comprenden la realidad de los anteriores por no tener la posibilidad de relacionarse con ellos.

Chile despertó, pero ahora necesita lavarse la cara e iniciar el día, comprendiendo que el país lo conformamos personas, y como tales, merecemos empatía para desarrollarnos en conjunto, en complemento y cooperación hacia una mejor sociedad.

Oscar Gutiérrez