Señor Director:
Desde los últimos meses, quienes leen medio locales, nos hemos dado cuenta que la idea de un “Metro para Concepción” ha vuelto a la discusión para quedarse; ha vuelto, porque siempre ha sido un sueño encubierto y extensamente apoyado por los gremios de la construcción local. Si bien no hay un consenso real, ni estadísticas actualizadas del beneficio económico/social/estructural inmediato de un proyecto de esta envergadura; el concepto por si sólo despierta pasiones, y hoy Concepción tiene bandos definidos que están en contra -y no- de tener esa variante de transporte público en nuestra ciudad.
El último tiempo, en que se ha revalorizado, con justicia, la opinión ciudadana; debiera ser a los mismos a quienes debiese preguntárseles ¿cuánto tiempo pierde usted en transportarse entre su hogar y trabajo?. Porque seamos objetivos, cualquier mejora en el transporte público debiese ir siempre, prioritariamente en beneficio de esos grupos, que pierden tiempo familiar y calidad de vida (irrecuperable) transportándose diariamente.
Segmentando la necesidad prioritaria, es muy probable que las personas que viven en comunas del casco metropolitano y que deben moverse entre ellas, serían los mayores beneficiados con la reducción en sus tiempos de traslado. Curiosamente, muchas de esas comunas hoy son conectadas por el “Biotrén”; servicio en auge y con ganas (más que recursos) de ampliar su red y frecuencias. Como dato: 1) Hoy, el nuevo puente ferroviario está en estudio técnico y preliminarmente los costos serian mayores a los presupuestados. 2) Los flamantes nuevos trenes, más que aumentar la flota operativa, vienen en su mayoría a reemplazar aquellos famosos carros españoles de segunda mano (comprados en la década del 2000) y otras máquinas recicladas del Metrotren santiaguino; no ahondaremos en lo complejo que fue conseguir recursos para poder hacer estas compras.
Volviendo al Biotrén hoy, ¿qué pasa con toda esa zona céntrica, que hoy este servicio no cubre ni cruza? Bueno, hoy la saturación del suelo en el centro de Concepción y el consiguiente cuello de botella que comienza a sufrir el transporte público (culpa del aumento del parque vehicular particular, efecto subyacente de la densificación) es un problema real y de ahí nace la “necesidad” de usar el subsuelo como nuevo lugar a explotar/explorar. Lo que no se menciona mucho, es que este problema (saturación del transporte a nivel suelo) en muchas ciudades del mundo se afronta, preliminarmente, modernizando el transporte de superficie, integrándolo y haciéndolo -en lo mínimo- eficiente y limpio. Suena lógico y casi fácil de solucionar, pero recordemos que, en Concepción el Transporte Público no se licita desde el 2002 y las promesas de modernización cumplieron más de 15 años (GPS, pago electrónico, restricciones y otros).
El mayor avance que vimos en 2017 fue: una elección pública para elegir los colores de las micros y mejoras de accesibilidad universal en los paraderos. Se supone que en 2018 debieran debutar de las zonas de exclusión, donde nuevamente, por falta de recursos, quedaron afuera los servicios a Tomé y Coronel-Lota. Es cierto, los últimos años hemos visto el debut de nuevos corredores de transporte público, pero de que nos sirven si hay poca fiscalización, muchas micros siguen siendo de la década pasada y sus choferes, en su mayoría, aún sufren de malas condiciones laborales.
En resumidas cuentas, hoy tenemos una oferta de transporte que no cumple a cabalidad, pero no porque no sirva, sino porque no hemos sido capaces de solucionar sus problemas hoy, y si no lo hacemos, ¿cómo queremos soñar las soluciones del mañana?. Acá la idea no debiese ser estar en contra o favor de un “Metro para Concepción”, la idea debiese ser mirar a largo plazo, priorizar, proyectar, programar e ir mejorando lo que se debe mejorar y así sentar las bases necesarias para el desarrollo de nuevas opciones de transporte público, sea el Metro y/u otras.
Debemos ser, como dice el dicho, “capaces de caminar y mascar chicle”; y soñar un Metro en este caso demanda, en primera instancia, hacerse cargo de los problemas estructurales de hoy, para soñar un mañana responsable y consecuente.
Miguel Osorio Valdivia Ingeniero Civil – Consultor Fundador #ConcepciónAdicto
www.concepcionadicto.cl