
Señor Director:
Me atrevería a decir que la mayoría de los ciudadanos todavía entendemos poco o prácticamente nada acerca de las leyes. Sobre todo cuando están orientadas a interpretar el “espíritu del legislador”. Pero aunque parezcan reflejar situaciones delictuales y las debidas sanciones, igual dejan espacios para dudas, como si fueran recetas para remedios.
Entonces como las reglas son poco claras, se multiplican los reglamentos. Y así continúa una ola de trámites, diligencias y procedimientos que en vez de facilitar las gestiones en beneficio de la eficacia, los plazos se extienden más allá de lo esperado. Sin medirse las consecuencias ante la opinión pública y ante los propios afectados.
No obstante, el real sentido de las leyes es obligar, prohibir o permitir. Menos mal que vivimos en un Estado de Derecho. Conocer algo de leyes nunca debiera estar demás.
Mario Reyes Saavedra
Barrio Norte – Concepción