Señor Director:
Resulta muy desconcertante ver cómo el comercio ilegal se ha apoderado de las calles de nuestra capital regional. Y no sólo están los vendedores de artículos electrónicos, las “artesanías”, todos los chiches habidos y por haber fabricados en China, el vestuario y accesorios nuevos, perfumes, relojes, juguetes, etc, etc.
Ahora también se expandió una red de comercio de alimentos preparados, supuestamente caseros, artesanales. Sin que nadie verifique sus condiciones sanitarias, en que ambiente son elaborados. Compiten de manera desleal con el comercio establecido. A la vista y paciencia de muchos.
Es cierto: nadie está obligado a comprar en la calle. Pero las autoridades sí están obligadas a fiscalizar y sancionar cuando se actúa al margen de la ley. Quizás alguien piense que así se logra más puestos de trabajo, se disminuye la cesantía. Error. La informalidad genera muchos problemas, en materia de seguridad, recaudación de impuestos, sistema de salud, pensiones. El peor ciego es el que no quiere ver.
Tomás Contreras