Señor Director:
A poco del inicio de la Copa Confederaciones, torneo al que la selección nuevamente irá con su mejor plantel, me ronda una interrogante que pienso que a todos los que nos gusta este deporte ya nos aparece: el recambio.
Hay que asumir que a esta tremenda generación, la más exitosa en la historia del fútbol chileno, no es mucho lo que le queda al más alto nivel. Por ello, ya es necesario ir viendo nuevos nombres, y por más que uno busca no aparecen alternativas reales.
Por ejemplo, ante las lesiones de Nicolás Castillo y Felipe Mora, dos de los centrodelanteros llamados a ser protagonistas de la “Roja” en los próximos años, no parecen haber más alternativas de proyección real. Ello porque Ángelo Henríquez prácticamente no ha tenido actividad en la reciente temporada, y, salvo él, habría que recurrir a nombres que ya están en la etapa final de su carrera, como Esteban Paredes o Mauricio Pinilla.
Este caso se puede llevar a las otras zonas del campo de juego, donde los titulares de años, sinceramente, tienen sus puestos más que asegurados ante la falta de un recambio real, que los “apure”. Ojalá que esta situación cambie prontamente, pues sería triste que después de una década de éxitos, donde se cambió la imagen del fútbol chileno en todo el mundo y las nuevas generaciones han crecido con un equipo ganador, se vuelva a retroceder y se pierda la identidad y todo lo conseguido en estos años.
Alberto Cornejo